Javier Vanegas (Bogotá, 1984) estudió Artes Plásticas en la Universidad de los Andes y realizó el Máster de Investigación, Arte y Creación en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) con beca completa otorgada por la Fundación Carolina en 2017. En 2019 empezó su tesis doctoral en Bellas Artes en la UCM con una línea de investigación sobre fotografía. Hizo su primera exposición individual en el Museo de Arte Moderno de Bogotá (MAMBO) con su proyecto de grado de la Universidad de los Andes, titulado “Portarretrato Postmoderno”, el cual obtuvo el reconocimiento de proyecto meritorio. Posteriormente, en 2009, participó en Fotográfica Bogotá III en el Centro Gabriel García Márquez. En 2014 expuso en MACRO Museo de Arte Contemporáneo de Roma en el marco del Festival de Fotografía de Italia con su obra titulada AMPO y en 2018 presentó la exposición individual titulada “Echos” en el marco de PhotoEspaña, Madrid.  Su último proyecto fotográfico, EXTINTO, se exhibió en la Galería El Museo de Bogotá en 2019. También participó con la obra "Tempus Fugit" en LA Galería en el marco de Fotográfica Bogotá 2019. Actualmente trabaja como docente universitario, investigador y conferencista. Ha participado en la publicación de libros como Tarjeta De Memoria / Memory CardEnsayos sobre fotografía contemporánea en Colombia, Los sueños de la razón y Revela Colombia (Instagram: vitoanacoreta).
 
La imagen de la portada pertenece al proyecto wüin (“agua” en Wayuunaiki), el cual nace de una serie de viajes a la Alta Guajira colombiana que han abarcado gran parte de este departamento: Riohacha, Manaure, Uribia, Cabo de la Vela, Punta Gallinas, Taroa, Bahía Honda, Bahía Portete, Puerto Estrella y Nazareth, hasta llegar al paraíso conocido como la serranía de la Macuira. En algunas zonas de la desértica península de la Guajira no llueve hace más de cinco años, lo cual se atribuye principalmente al fenómeno de El Niño. No obstante, el problema se acrecienta si se considera la minería indiscriminada en la serranía y el alto nivel de corrupción que existe en el departamento. La carencia de carreteras, vías de transporte, centros de salud, manejo de desechos, alcantarillado, acueducto, educación primaria y secundaria y electricidad, así como la escasez de fuentes de energías renovables como la eólica y solar, hacen de la falta de agua potable solo un problema más de una gran cadena de desaciertos y falencias que sufre el departamento. La Guajira, al igual que otros sectores del país, ha ido perdiendo la esperanza en el gobierno colombiano, tras varias administraciones que continúan desapareciendo los recursos que se le designan a estas alejadas zonas del territorio nacional.
 

Publicado: 2019-11-16

Página de la portada

Revista de Estudios Colombianos
DOI: https://doi.org/10.53556/rec.v54i0.85

Presentación del director

Alejandro Herrero-Olaizola
DOI: https://doi.org/10.53556/rec.v54i0.86
DOI: https://doi.org/10.53556/rec.v54i0.58
DOI: https://doi.org/10.53556/rec.v54i0.61
DOI: https://doi.org/10.53556/rec.v54i0.64
DOI: https://doi.org/10.53556/rec.v54i0.68
DOI: https://doi.org/10.53556/rec.v54i0.62
DOI: https://doi.org/10.53556/rec.v54i0.66
DOI: https://doi.org/10.53556/rec.v54i0.59
DOI: https://doi.org/10.53556/rec.v54i0.67
DOI: https://doi.org/10.53556/rec.v54i0.83
DOI: https://doi.org/10.53556/rec.v54i0.78
DOI: https://doi.org/10.53556/rec.v54i0.82
DOI: https://doi.org/10.53556/rec.v54i0.77